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Abierto el plazo de inscripción para participar en las Jornadas "Desayuna con la ciencia". Curso 2014-2015

Desde el miércoles 8 de octubre hasta el próximo 15 de octubre está abierta la  inscripción para participar en las Jornadas “Desayuna con la ciencia. Curso 2014- 2015“.

Esta actividad esta abierta a todo el alumnado de quinto y sexto de primaria de los Colegios  de la Comunidad Autónoma de Extremadura, y tienen como objetivo  acercar la ciencia y la innovación a los más pequeños, tratando de despertar en ellos el interés por el estudio, la investigación y la innovación, para fomentar las vocaciones científicas. Asimismo, se da a conocer, de una manera práctica, la oferta formativa universitaria desde edades tempranas, a través del conocimiento in situ de cada disciplina.

Este programa se desarrollará por medio de visitas a la UEx, en las que los alumnos se reúnan en torno a un desayuno con investigadores de nuestra universidad para la realización de sencillos experimentos adaptados a su edad, así como charlas explicativas que les permitan acercarse a la realidad científica.

Toda la información sobre calendario y formulario de inscripción  se encuentra disponible en la siguiente direcciónPinche aquí.

Investigadores de la UEx hallan soluciones para remediar las deficiencias de selenio en los cultivos españoles

Científicos de la Universidad de Extremadura ponen a punto una técnica para enriquecer cultivos como el trigo, el guisante, el garbanzo y la cebada con este micronutriente de gran importancia para la salud de la población

El selenio cumple una función extremadamente importante en el metabolismo del ser humano. Ingerido en las dosis normales, las recomendadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS), este mineral contribuye al buen funcionamiento del sistema inmune, a la regulación de enfermedades virales, el tiroides o los estados anímicos, por ejemplo. Además, es un excelente antioxidante y antiinflamatorio natural contra la artritis reumatoide, la pancreatitis, o incluso, el asma.

La principal vía de incorporación del selenio en el organismo es a través de la alimentación. Pero, a pesar de sus enormes beneficios, su presencia es escasa, debido principalmente a que los alimentos de origen vegetal, base de la dieta mediterránea, son pobres en el mismo.

Esta carencia se debe sobre todo a los deficientes niveles de selenio disponibles en los suelos de muchos de los campos españoles. Como consecuencia, en el país existe una deficiencia severa en la ingesta de este micronutriente, en muchos casos por debajo de los niveles recomendados por las autoridades sanitarias, que según los expertos podrían estar afectando a una parte importante de la población nacional, “predisponiéndola a padecer cierto tipo de enfermedades”.

Para acabar con este problema, investigadores de la Universidad de Extremadura han puesto a punto un procedimiento, basado en la “biofortificación agronómica”. Esta técnica consiste en la fertilización, en este caso con selenio, de cultivos vegetales muy consumidos, como el trigo, con el fin de dotar a sus productos derivados, como la harina, de la concentración necesaria para aumentar los niveles en el organismo.

Para llegar a estos resultados, “en los ensayos hemos realizado todo el proceso, desde el cultivo hasta el procesado final de sus productos derivados como pasta, garbanzos, cerveza, etc., para ver qué cantidad de selenio, del inicialmente incluido mediante fertilización, mantenía finalmente el alimento que ingerimos”. Así lo ha detallado una de las investigadoras principales. Como ha subrayado la profesora María José Poblaciones también se ha analizado en qué forma química se produce, ya que no todas las fórmulas son igual de asimilables por el organismo, “hemos visto que con sólo 10 gramos por hectárea, de selenio aplicado como selenato sódico, sería suficiente para llegar a esos niveles mínimos recomendables para la salud”.

¿Cómo introducirlo en la dieta?

El selenio no es un micronutriente esencial para las plantas, “su aplicación, y menos a las dosis consideradas, no supondría una mejora cuantitativa ni cualitativa de las producciones” según Poblaciones. Es por ello que resultaría difícil que el agricultor por motu proprio realizase la aplicación, al fin y al cabo, esto no le supondría  más que un coste añadido que no repercutiría en una mayor producción ni en un mayor ingreso.

Así, para llegar a implementar esta técnica de fortificación, el Grupo Agronomía baraja dos alternativas: o bien que desde la administración pública promuevan la inclusión  de selenio en los fertilizantes habituales, tal y como se ha hecho en países como Finlandia, para generalizar su uso en zonas con deficiencia de este elemento en el suelo; o bien que, empresas agroalimentarias, viesen un nicho de mercado en la producción de  alimentos funcionales enriquecidos con selenio, de forma que ese valor añadido que tuvieran esos productos repercutieran en mayores precios a percibir por los agricultores que lo hicieran.

Selenio también para los animales

Además, las soluciones aportadas por varios miembros del Grupo de Investigación Agronomía de la Universidad de Extremadura, donde se enmarcan todas estas investigaciones, tienen también aplicación en la producción animal.

Al igual que para el ser humano, el selenio es también esencial para los animales. Por tanto, según este equipo de investigadores “aplicando selenio mediante fertilización a los pastos, se estaría incrementando los niveles en el forraje que evitarían ciertas enfermedades de los animales y mejoraría su estado sanitario general”.

Animales alimentados con pasto enriquecido con selenio incrementarían los niveles de este nutriente en las canales o en los productos animales derivados, que a su vez serían incorporados a la cadena alimentaria para ser aprovechados por las personas. “Por ejemplo, en el ganado se produce la enfermedad del músculo blanco, que se da especialmente en corderos, que se debe precisamente a consumir pasto o forraje con niveles deficientes de selenio, entre otros factores, lo que es común en las condiciones extremeñas. La solución terapéutica actual pasa por suministrar selenio a los animales principalmente mediante inyecciones, con el consiguiente gasto para los ganaderos. Con la biofortificación de los pastos con selenio se podría prevenir la enfermedad y obtener productos animales con mayores niveles de este micronutriente”, según otro de los autores de estas investigaciones, el coordinador del Grupo, Óscar Santamaría.

Selenio en el Mediterráneo

Otra de las aportaciones de estas investigaciones ha sido conocer cómo se comporta esta técnica de la “biofortificación” en condiciones mediterráneas, “dónde existían muy pocos estudios sobre el tema”, ha advertido la otra de las autoras, Sara Rodrigo. “Ya que esta técnica se ha utilizado principalmente en países del centro y norte de Europa en donde las condiciones climáticas son muy diferentes y por tanto la aplicabilidad y su efectividad podía ser también muy diferente”, según la doctora.

Recomendaciones

Estos expertos son partidarios, incluso, de consumir niveles por encima de los mínimos recomendados por la OMS -50 mg diarios en un adulo-, ya que hay estudios clínicos que demuestran que una ingesta mayor tiene más beneficios para la salud. Aunque desde su descubrimiento en el siglo XIX ha sido considerado un elemento tóxico, lo cierto es que “sólo sería perjudicial a niveles muy elevados, difíciles de alcanzar con una dieta normal”. El umbral de toxicidad para padecer selenosis está en el rango de 850-950 miligramos diarios, mientras que los niveles que se conseguirían con productos enriquecidos podrían ser del orden de 0,2 miligramos al día.

El selenio se encuentra presente en alimentos ricos en proteínas como las carnes, los pescados, las nueces, el ajo o las legumbres. Los expertos de la UEx recomiendan intentar suplir las carencias actuales con dietas equilibradas en las que las legumbres tengan un peso importante (al menos tres veces por semana). Como ha advertido Poblaciones, en los suplementos alimenticios que incluyen selenio, éste suele estar en forma inorgánica, que es mucho menos asimilable por el organismo que el selenio que está en forma orgánica (el que está incluido en los alimentos vegetales o animales), de ahí que “las pastillas no sea el remedio para acabar con este problema”.

Referencias:

Rodrigo SM, Santamaría O, Poblaciones MJ. “Selenium application timing: influence in wheat grain and flour selenium accumulation under Mediterranean conditions”. Journal of Agricultural Science 6, No. 3; 2014.

Poblaciones MJ, Rodrigo SM, Santamaría O. “Evaluation of the potential of peas (Pisum sativum L.) to be used in selenium biofortification programs under Mediterranean conditions”. Biol Trace Elem Res 151:132–137; 2013.

Poblaciones MJ, Rodrigo SM, Santamaría O, Chen Y, McGrath SP. Agronomic selenium biofortification in Triticum durum under Mediterranean conditions: From grain to cooked pasta”. Food Chemistry 146:378–384; 2014.

Poblaciones MJ, Santamaría O, García-White T, Rodrigo SM. “Selenium biofortification in bread-making wheat under Mediterranean conditions: influence on grain yield and quality parameters”. Crop & Pasture Science 65, 362–369; 2014.

Rodrigo SM, Santamaría O, López-Bellido FJ, Poblaciones MJ. “Agronomic selenium biofortification of two-rowed barley under Mediterranean conditions”. Plant Soil Environ. 59:115–120; 2013.

Conejos silvestres y ratones de campo comparten el mismo virus de la enfermedad hemorrágica.

De acuerdo con los resultados de una tesis doctoral de la Universidad de Extremadura, el conejo silvestre y el ratón de campo comparten las mismas cepas víricas de la enfermedad hemorrágica del conejo. Es un factor más a tener en cuenta para comprender la epidemiología de esta grave patología, que causa estragos en las poblaciones de conejo y tanto preocupa a conservacionistas y cazadores

El conejo silvestre contribuye al equilibrio y diversidad de nuestros ecosistemas. Está en la base de la cadena alimentaria de más de 40 vertebrados, entre ellos, especies en peligro de extinción como el Lince Ibérico (Lynx pardinus) y el Águila Imperial (Aquila aldalberti). Sus excrementos son, a su vez, alimento para los ratones de campo y otros animales, y juegan un papel muy importante en la dispersión de semillas.

La estrecha relación entre los conejos y los ratones de campo en el ámbito eco-epidemiológico ha sido objeto de un profundo estudio plasmado en la tesis realizada por el investigador Tomás Merchán, miembro del Grupo de Investigación para el Aprovechamiento y Conservación del Monte de la Universidad de Extremadura, y titulada Eco-epidemiología de la enfermedad hemorrágica del conejo (EHC) en el conejo de monte (Orycolagus cuniculus L.) en el centro-oeste de la Península Ibérica.

Durante 10 años, los investigadores han desarrollado distintos trabajos de campo relativos al estudio de los procesos de adaptación virus-hospedador en la enfermedad hemorrágica del conejo (EHC), producida por un virus ARN, de la familia Caliciviridae y con una alta tasa de mutación. Se han estudiado en concreto las cepas víricas que provienen de la cepa de EHC invasora que llegó a la Península Ibérica en 1989 y que, desde entonces, manifiesta brotes epizoóticos anuales que dañan de manera significativa las poblaciones de conejos silvestres.

“Uno de los principales resultados de esta investigación ha sido demostrar, por primera vez en la Península Ibérica y en estas especies, que el virus de la enfermedad hemorrágica del conejo es capaz de “saltar” a otras especies hospedadoras distintas del conejo, en este caso los ratones de campo”, subraya Tomás Merchán. Mediante técnicas de biología molecular y experimentos controlados con ratones de campo (Apodemus sylvaticus) y ratones morunos (Mus spretus), se ha comprobado que estas especies pueden albergar y mantener las mismas cepas víricas de la enfermedad hemorrágica.

En la naturaleza, el contagio parece tener una clara explicación. Los ratones conviven con los conejos de forma simpátrica, es decir, se mueven y cobijan en las madrigueras de conejos y, además, se alimentan de los excrementos de estos. Es precisamente en las heces donde se encuentra la mayor concentración del virus de la enfermedad hemorrágica.

Además, Merchán ha observado que “hasta un 6% de los roedores analizados pueden almacenar el virus en su cuerpo y que pueden hacerlo durante dos meses sin desarrollar la enfermedad, pero con capacidad de diseminarlo a su vez”.  Así, en otra fase experimental del estudio, se demostró que ratones infectados por conejos con el virus de la enfermedad hemorrágica del conejo, transmitieron el virus a otros conejos con los que convivieron, provocándoles una respuesta inmune.

“Los ratones son unos excelentes centinelas, nos podrían ayudar a determinar las cepas de los virus que afectan a las poblaciones de conejos con las que cohabitan. Por tanto, se abre una nueva etapa en el conocimiento de la epidemiología de esta enfermedad, necesitando profundizar en la relación conejo-ratón para determinar el posible efecto sobre la inmunidad y diseminación del virus que acontece en la naturaleza”, añade Merchán.

Los ratones ayudan de ese modo al proceso de adaptación del virus con su hospedador. Se produce un contagio recíproco entre el conejo y el ratón, de manera que hay evidencia de trasiego de virus y de que ambas especies comparten las mismas cepas víricas. Este hallazgo abre nuevos interrogantes sobre el papel de los ratones en la epidemiología de la enfermedad, pudiéndose dar el caso de que los ratones favorecieran el mantenimiento de la inmunidad natural de las poblaciones de conejo, según explica el investigador de la UEx, Gregorio Rocha, director de esta tesis.

Repoblaciones controladas

Los resultados de la investigación, basados en el estudio de un gran número de poblaciones de conejos tanto en Cáceres (Zarza de Granadilla, Abadía, Plasenzuela, La Cumbre, Santa Marta de Magasca y Botija), como en Badajoz (Valencia de las Torres, Reina, Talarrubias, Mérida, Villafranca de los Barros y Jerez de los Caballeros), apuntan también a que las altas densidades de conejo están relacionadas con una elevada prevalencia de anticuerpos frente a la enfermedad hemorrágica del conejo. En este sentido, los investigadores han determinado que cerca del 25% de las poblaciones salvajes y sanas de conejos estudiadas durante el mes de julio, albergan el virus RHDV en su organismo, concretamente en el hígado, y no padecen la enfermedad. Sin embargo, de este porcentaje, el 13% es seropositivo, está permanentemente infectado y pueden transmitir la enfermedad. Por ello, “las repoblaciones de cotos y espacios protegidos deberían estar controladas desde un punto de vista serológico y, además, supervisadas”, declara Rocha, “ya que las poblaciones con buenas condiciones de hábitat, aunque en escasa densidad, pueden ser recuperadas mediante manejos adecuados en cuanto a incorporaciones de individuos y extracciones por la caza”. De acuerdo con estas premisas y en el marco de esta investigación, se ha ejecutado con éxito una repoblación de conejos en Granadilla, cerca del pantano de Gabriel y Galán, pasando de una densidad muy baja de conejos a una densidad media.

Para Merchán, es importante también identificar las poblaciones estables con alta densidad e inmunidad natural elevada y monitorizarlas desde un punto de vista serológico y genético, teniendo en cuenta el hábitat natural, para proponer con ello modelos útiles en otras poblaciones.

La situación actual del conejo se ha visto agravada con la irrupción en 2011 de una nueva cepa vírica de la EHC, conocida como la variante francesa, que afecta a los gazapos jóvenes menores de 30 días y que está provocando una gran mortalidad.

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